Es formidable, la rapidez en la que la tecnología avanza hoy en día, ya sean de consumo doméstico, o dirigida a algún tipo de público especifico. En el campo de los programas resalta la notable creación de nuevos programas y las constantes versiones renovadas de los mismos, pero en el caso del traductor es clara la consecuencia. Cualquier producto que sale a la luz en el mercado, evidentemente necesita de los traductores para las diferentes versiones (es la adaptación de los productos a sus respectivos países donde la traducción es un proceso esencial). Eso genera que las grandes empresas que se dedican a la manufactura de software, se vean motivadas en esta internalización. Debido a esta necesidad, entran en juego las bases terminológicas, las cuales son grandes bases de datos que se comparten entre muchos usuarios y se usan en distintas partes del mundo.
Por lo general, hay un ordenador central en el que se crea una base de datos de la cual se envían réplicas para las computadoras de la gran cantidad de clientes existentes; estos pueden estar en los escritorios de los traductores, en las oficinas de agencia de traducción, o en computadoras portátiles. Justamente lo bueno de estas bases terminológicas es que pueden distribuirse a los clientes para que lo utilicen en su lugar de trabajo. Gracias a la tecnología, es posible también mantener actualizadas y sincronizadas todas las copias de las bases de datos, que actualmente es casi todo hecho a través de redes locales. Las bases se van modificando a medida que se va trabajando con ellas. De esta forma se pueden corregir, ampliar, eliminar registros que ya no se usan, mejorar el diseño, y también hacer diferentes tareas para el mantenimiento de las bases.
Si bien todos los usuarios tienen acceso permanente a la base y a la información que ésta tiene, hay algunas diferencias en cuanto a los privilegios del acceso. Lo que esto quiere decir es que algunos usuarios tienen una capacidad más limitada que otros para modificar las bases. Un ejemplo de esto es que un traductor podría agregar observaciones sobre un término pero no tiene porqué ser capaz de eliminar los registros ya hechos. Por otro lado, las personas encargadas del mantenimiento de la base si pueden modificar el diseño en gran medida o borrar la información que deseen. Estas diferencias se organizan con sistemas de seguridad informáticos.
Como podemos ver, gracias a las bases terminológicas se puede obtener una coherencia. Las bases son un elemento esencial a la hora de la coordinación entre los traductores ya que cuando un traductor necesita saber cuál es el registro utilizado y acordado por sus pares, acude a una base. La base funciona como referencia para que los traductores puedan mantener la coherencia entre sí.
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